El escritor venezolano Yldefonso Finol presentó sus obras en Ecuador
Miguel Ángel Cantos Díaz
Estudiante de Comunicación Social
Universidad de Guayaquil
En la ciudad de Guayaquil, el 10 y 11 de julio del 2007, en el marco de la 2ª Feria Internacional del Libro en Ecuador “EXPOLIBRO”, se presentó la obra “La Falacia Imperialista de los Derechos Humanos” y “El Socialismo del siglo XXI”, del escritor y político venezolano Yldefonso Finol Ocampo, el cual llama a la reflexión y a la denuncia de la violaciones y atrocidades del Gobierno de los Estados Unidos, quienes con su doble moral en el tratamiento de los DDHH intentan presentarse como defensores de la democracia y portaestandartes de la libertad, mientras que por otro lado aumentan su sed de poder hegemónico en el Mundo.
Yldefonso Finol Ocampo es economista, ensayista y articulista dedicado a la lucha política. Formó parte de la Asamblea Constituyente de Venezuela en 1999 y fue firmante de la nueva Constitución de la República Bolivariana. A publicado varios poemarios "Como la raíz del mangle", "Para acercarse al universo", y "Canción de la isla", es cual está dedicado a Cuba y que fue presentado en el Festival de poesía de La Habana en el 2005.
“La falacia imperialista de los derechos humanos”, muestra los matices y el enfoque del gobernante de turno y la coyuntura internacional, analiza como los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos han utilizado a través del tiempo el discurso de la democracia y los derechos humanos para justificar su injerencia en los asuntos internos de los países de América Latina y el Caribe. Bajo el cobijo de la promoción de los valores de la civilización occidental, Estados Unidos, erigido en ejemplo y paradigma de la libertad, ha desarrollado una política exterior, cuyo emblema discursivo ha sido la democracia, y así armar una guerra de ocupación para apoderarse del petróleo del Medio oriente, llamándola la guerra por la “Libertad de Irak”. Ese doble estándar es con la finalidad de mantener una supremacía en el mundo, mientras se mantienen cárceles en Guantánamo, los Buque Prisión y las pretendidas intervenciones fallidas a los gobiernos revolucionarios de Cuba y Venezuela. Todo esto manejado cínicamente con fugaces discursos que parecen como correctos pero que en realidad son una flagrante violación de los principios que se enuncian líricamente por otro lado.
Yldefonso en su libro “El Socialismo del Siglo XXI”, analiza de una perspectiva concreta y muy didáctica el proceso revolucionario en el cual está caminando América Latina y el mundo, hace un recorrido histórico por los albores del Socialismo, sus conquistas y sus grandes pensadores y analiza el por qué las grandes mayorías, el proletariado, los estudiantes y los movimientos sociales hablamos del Socialismo como única fuerza de cambio para conquistar la verdadera democracia y libertad. No hay otro sistema que pueda contrarrestar los grandes crímenes del Imperialismo y su fuerza destructiva, el Socialismo es un solo y no hay otra denominación.
Finol señala en su obra: Fue Marx quien fundó el socialismo como doctrina de la revolución contemporánea. Bebió del pensamiento más avanzado de la época y escrutó los conocimientos científicos que despuntaban con el alba de la era industrial y tecnológica. El socialismo francés de Graco Babeuf, Saint-Simon y Augusto Blanqui fue una de sus fuentes. De ellos tomó aquel socialismo utópico, de raíces cristianas, y lo convirtió en un socialismo basado en las leyes de la historia. Comenzó a tener nombre el viejo sueño de la igualdad entre los seres humanos (1).
Con esta premisa enfatiza que el siglo XXI no ha dejado aun lado la dialéctica de la historia y que con mayor fuerza y riqueza humana el salto cuántico del amanecer rojo esta cada vez más cerca y está brotando en Latinoamérica.
Nuestros pueblos se levantan firmes ante el voraz infierno imperialista y reivindican la utopía de una nueva vida basada en la igualdad, la hermandad y el amor en las personas. Al pronunciar la palabra mágica en el Foro Social Mundial en Porto Alegre, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, reinauguró un debate que llevaba década y media enterrado. El mundo - presuntamente- vivía la era del pensamiento único y la globalización neoliberal.
Para la gran mayoría, con el sistema económico capitalista la humanidad había llegado a su destino definitivo en el largo viaje de la historia. Se habló entonces del “fin de la historia”. Pero le ha tocado, nada más y nada menos que a la patria de Bolívar, ser el epicentro del más importante despertar de los pueblos del continente americano, en la búsqueda de un destino diferente al de la miseria y la subordinación que se le venía imponiendo como inexorable (1).
El socialismo es la verdadera democracia
El respeto y la soberanía del pueblo es el verdadero derecho, al que hombre, mujeres, niños, trabajadores, campesinos, montuvios por igual aspiramos y esto solo lo otorga en toda su dimensión el socialismo.
Defender el socialismo, es defender nuestra idea integral y no fragmentada de la nación, defender el arte y la cultura es defender la patria, pero, esa patria no se puede crear sin el socialismo, porque es la única que nos puede unir democráticamente y es nuestro camino hacia el futuro.
La democracia es el gobierno cuya legitimidad proviene de la soberanía popular, es el pueblo mismo quien se lo da. En segundo lugar, es el pueblo quien lo ejerce. Y en tercer lugar, ese gobierno, obviamente, tiene que – citando a Mao- “servir al pueblo”. Eso es democracia (1).
(1) Finol Ocampo Yldefonso, Socialismo Siglo XXI, apuntes de formación revolucionaria. Ediciones del centro nacional de Investigación-Acción Anti-imperialista “Simón Bolívar”, 2007
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